De vuelta a mi segunda ciudad.

Ya era hora. Por fin estoy por Segovia. Bueno ese "por fin" igual suena a "que asco de pueblo" y para nada, simplemente tenia muchas ganas de retomar mi vida como estudiante universitario independiente totalmente menos a lo que en economia se refiere. Llegué ayer. Llegue al piso nuevo, piso que este año comparto con tres señoritas, algo de lo que espero que salgan cosas muy buenas, aunque no se como llevaremos esa descompensacion de hormonas, imagino que no habrá ningun problema, estoy seguro. El piso (un tercero con ascensor, algo peculiar por cierto), esta bastante bien, de hecho fue por sus multiples caracteristicas positivas por lo que lo elegimos. Pero ayer me di cuenta de que cuando estas en plena busqueda de piso, lo unico que puedes hacer es verlo durante 5 min y como mucho imaginartelo con algunos posters puestos por las paredes pero ni de coña te fijas en detalles como cortinas de baño, ventanas que no cierran bien, lavadoras gafadas o facturas hechas con el WORD por tu casero y en las que aparecen cosas extrañas como el "canon de finca" que tiene un misterioso coste de 30€.

Son detalles mas o menos insignificantes por los que tampoco tienes que alarmarte (bueno la factura casera si, pero sera algo que dialogaremos seriamente con el casero) pero que colaboran a que despues de sentirte "Dora la exploradora" durante dos horas en el que sera tu nuevo hogar, te sientas algo raro. Pero bueno se pasa rapido, en cuanto acabe de jugar al tetris con los muebles de mi habitacion (y no sera por falta de espacio, me ha tocado la habitacion grande) y me mentalice de que mis muebles de hace medio siglo que combinan madera y marmol serian forrados con la maxima brevedad, se me cambió bastante el chip.

Y hoy ha sido día de recuerdos. Como por ejemplo acordarme de que ser independiente tiene acarrea responsabilidades que sinceramente en estas dos ultimos meses se me habian olvidado totalmente, en lo que llevo aqui, ya he tenido que limpiar, poner el lavavajillas (en equipo, eso si), una lavadora (que todavia tengo que tender, por cierto) y atender una llamada a Amparo. Amparo es una empleada de la compañia Jazztel que de una forma NO amable me ha explicado que aun me queda por pagar la factura correspondiente al mes Junio-agosto y que debia hacerlo, yo le he explicado que llevo dado de baja desde junio y la cuenta del banco de la que se quieren cobrar lleva cerrada desde la misma fecha (todavia recuerdo el dia en que fui a la central de caja Segovia y dije muy serio y estirado: "hola, vengo a retirar mis fondos y cancelar la cuenta", el hombre me contestó: "muy bien, aqui tiene sus tres euros con once céntimos") pero bueno parece ser que si que hicen uso de internet durante ese tiempo asi que me toca buscar la factura en la web (ya que no puedo acceder a mi antiguo buzon de casa) y vere si realmente soy un moroso. Por cierto, he observado algo muy curioso y es que cuando realizas los tramites de alta, mantenimiento o cualquier otro servicio en casi todo momento hablas con empleados de habla latina (a los que a mi como hablen muy rapido me cuesta seguir) pero si se trata del departamento de pagos la que te atiende es Amparo y te habla un perfecto castellano en el que pocas veces te llama "señor Alvarez".

Hasta aqui he llegado hoy, el camarero del bar al que estoy sangrando la wifi me va a echar de un momento a otro! Adios!